miércoles, mayo 21, 2008



ANASTASIA

Nadie tiene la culpa, eso se lo dejo a los curas que siempre están intentando castigar, o a los políticos que siempre buscan responsables. No aquí no se trata de eso, se trata de encontrar el camino de salida, por mas que se insista en que los efectos son consecuencias de las causas, en este caso es irrelevante. No importa el origen, tampoco el desarrollo. Importa, eso si, la situación actual y la necesidad de una salida, sin arrastrarse, sin cavar tumbas, lo de la muerte y el entierro es una solución para los que no saben como terminar las historias, así que el suicidio, el atropello por una moto, o un asesinato por celos o venganza quedan descartados.

Volvamos pues al aquí. Anastasia ( Se cambio el nombre por el de Eustaquia, después de su viaje a Rusia, por lo de la rima y unas connotaciones líricas que no supo explicarme) cuarenta y cinco años huérfana de madre a los 22 años, (una a esa edad no debería considerarse huérfano, pero ésta era otra de sus autoconsideraciones poéticas). Su padre se había casado otra vez con una mujer mas joven y mas guapa que ella, eso no las había quitado hacerse amigas entrañables, hasta convertirse en amantes, ante los ojos indulgentes de su padre. Estas cosas que cuento debería callarlas porque son irrelevantes, ya lo dije, pero sé que a los lectores les gusta el morbo y la intimidad de las personas.

Volvamos nuevamente. Anastasia, cuarenta y cinco años, huérfana de madre y asexuada, uso este termino porque según ella no sentía ningún deseo por los otros eran los otros la que la deseaban, respondiendo ella a sus demandas. Así pues es asexuada y complaciente, no con todos, solo con los que son verdaderamente hermosos, claro que el concepto de hermosura no era semejante al de la mayoría de ustedes. En hombres le gustan los calvos y bajitos, en mujeres las delgadas de pecho enorme. Para ella lo perfecto está relacionado con la esfera, a ella le gusta ser el sol rodeada de planetas. Muchos dirán que ese egocentrismo tiene que ver con su momento actual pero no es cierto. No tiene nada que ver que su ultimo amante, un francés arrogante y calvo, se hubiera vuelto a vivir con su mujer después de llevar mas de cinco años de convivencia. Que la esposa de su padre hubiera tenido unos gemelos que ahora actuaban en televisión en un programa infantil sin gracia alguna. Ni que su hija, una muchacha que había nacido de sus entrañas por voluntad propia, ahora trabajaran para una ONG en Sri Lanka y se pasara el día recitando mantras, y que apenas se comunicara con ella.

Debería ser mas concisa y ajustarme a la situación presente. Volvamos pues a ello
Anastasia, cuarenta y cinco años, huérfana, asexuada, y madre de una joven. Pero todos estos datos tampoco son necesarios para la situación y la búsqueda de una salida, Lo único importante de verdad ahora en este país, pero no voy a dar nombres porque podría ser cualquiera como el de ella, como el mío propio. Ella y yo no somos la misma, no vayan a hacer conjeturas equivocadas pensando que hablo así par ocultarme detrás de esa personalidad equivoca, y contarles mi vida de una forma alterada. NO, y este es un No tajante, ella y yo no somos la misma persona, ni estamos metidas en el mismo barco, yo escribo y ella habla por mis yemas que teclean lo que de alguna forma me cuenta. Y vuelvo a contarles algo que carece de importancia, quien habla y quien escribe. Aunque la que escribe sea yo, una mujer blanca, europea, de clase media acomoda, que escribe por las mañanas. Ya no les cuento mas, seria meterme a darles detalles de mi intimidad y yo soy tímida y les distraería aun más de lo que ya les estoy alejando de lo esencial de esta historia.
Volvamos definitivamente a lo importante, antes de que me tiren huevos podridos a la pantalla, y la dejen inservible para siempre.

Anastasia es una inmigrante sin papeles, ese es el hecho fundamental ¿Y la salida? Díganmela si ustedes la conocen.

Imagen: Gutiérrez Solana

1 comentario:

Margot dijo...

Salida no puede haber cuando la única realidad que la define, saltándonos todo lo anterior, es esa última que describe, inmigrante sin papeles.

A eso puede quedar reducida una vida, una persona. Me temo que de haber salidad no será menos triste que este hecho.

Un besote!

(Tenía ganas ya de tus relatos)