viernes, septiembre 12, 2008

EL BÚHO 3

22 de Noviembre de 2003

Querida Justine:

Si no fuera por ti, ¿Qué haría? ¿Con quien me podría desahogar? En ti puedo confiar, se que guardarás silencio y no le contarás a nadie nada de cuanto te cuento…

Siguen pasando cosas que no logro comprender. El viernes al volver de la disco con unos amigos coincidí nuevamente con el conductor del que te hablé. Al verle, un escalofrío de placer me recorrió todo el cuerpo, me entraron unas ganas locas de tirarme a su cuello y abrazarle. Esto era algo nuevo para mí que nunca he experimentado con ningún chico. Me quedé parada mirándolo sin ser capaz de andar, él me miró con una mirada dulce y envolvente mientras me decía.- Buenas noches preciosa. Me quede allí plantada, como hipnotizada por su presencia. Mis amigos me empujaron dentro, de no ser por ellos no habría sido capaz de moverme. Carlos, que vive cerca, decidió acompañarme hasta casa porque me veía muy pálida y pensó que estaba borracha, no le quise dar explicaciones y me deje acompañar.
Cuando llegué a casa no pude dormir pese al frío. Me asomé a la ventana, cada vez que pasaba un autobús me volvía como un eco el estremecimiento que ya había sentido, me pareció que una de las veces el autobús se paraba y el conductor se quedaba mirándome un buen rato, puede que solo fuera mi imaginación o mi deseo. Me sentía muy feliz. Cuando llegó el amanecer baje las persianas de mi cuarto y puse el cartel de no molestar y hasta casi hasta el final del día no me levante. Mi madre debió pensar que estaba estudiando y no me molesto.
Por la noche me había preparado sopas de ajo, una de mis sopas favoritas, hasta ahora. Nada mas olerla sentí nauseas y me mareé, me llevaron de nuevo a la cama. Cuando todos estuvieron acostados me levanté y abrí la ventana, oír el autobús nocturno me tranquilizaba. Así, apoyada en el alféizar permanecí hasta perder el recuerdo… Mi madre me encontró por la mañana tirada en el suelo, con la ventana abierta. Se ha asustado mucho, Vino él medico y me han tenido unos días sin salir completamente vigilada, no me dejaban ni siquiera estudiar, sólo escuchar música.
No sé exactamente que ha pasado pero ahora me encuentro mucho mejor, voy a clase y puedo estudiar de nuevo. Mi madre me pide que no salga hasta que pase un tiempo, tampoco quiere que me quede a estudiar por la noche y viene a ver si estoy bien o necesito algo cada poco rato. Yo me dejo cuidar, estoy muy cansada… Aunque cada día me siento mejor.

Amiga mía, todo esto que te cuento a ratos me parece que es fruto de mi imaginación, que todo se debe al cansancio y a un estado de debilidad debido al interés que pongo en mis estudios,… Quizá mi madre y el médico tengan razón, debo tomarme las cosas mas tranquilamente. Pero para mi ya sabes que es imposible y lo importante que es para mi terminar mi carrera con un buen expediente, si quiero dedicarme a la investigación. De todas formas tienen razón estamos aun comenzando el curso no necesito pasar tantas noches estudiando.

XXXOOO

Imagen tomada de DeviantART


3 comentarios:

S. M. L. dijo...

Bueno, la historia entró en un paréntesis. Esperaremos su continuación.
Un abrazo

ybris dijo...

Esas cosas pasan cuando alguien quiere dedicarse a la investigación.
País.

Besos.

Esther Hhhh dijo...

Todavía no había leído tus "buhos", querida Fortu, acabo de leer los tres de una sentada y me han encantado... Me gustan las historias contadas a través de cartas... Esperaremos la continuación...

Besitossssssss