sábado, marzo 28, 2009


EL RAPE Y LA ESTRELLA DE MAR

En el arrecife se apiñaban las ostras,las lapas, los erizos de mar y otros moluscos pequeños. Se unían de tal forma entre si que era difícil saber donde empezaba uno y acababa el otro. En las cavidades que dejaban sin cubrir se escondian los cangrejos. La estrella de mar desde la arena los contemplaba, cada ola que golpeaba las rocas les hacia temblar por un instante, para en el siguiente, abrazarse más fuerte si cabe entre ellos y a la roca. Nada les hacia perder la calma. La estrella había buscado un lugar apartado entre las algas y se cubria de arena. Allí se sentía a salvo. Bancos de pequeños peces traslucidos, iridiscentes, pasaban por encima turbando su frágil paz sin siquiera notar su presencia. No muy lejos estaba un rape asomado en su cueva con los ojos saltones y una gran boca, que no la quitaba el ojo, se relamía mientras la miraba. Tenia una conversación trivial pero educada con todos los que pasaban por allí, a ella parecía ignorarla, pero a las claras se veía que se la quería comer, la miraba mientras se relamía la boca que ocupaba la mayor parte de su cuerpo.
La estrella después de varios días tenia hambre y en su escondite no podía ya satisfacerla.
- Sea. Pensó. Que pase lo que tenga que pasar. Y salió
Lo que tuvo que pasar pasó. El rape se la comió rápidamente, sin apenas saborearla (Es una pena pensaron los que le vieron) Pero por alguna razón se le indigestó y se pasó varios días vomitando.

Imagen: José Hernandez

1 comentario:

MentesSueltas dijo...

Si no conserva el recuerdo del sabor... es como no haberlo hecho.
Me atrapó tu relato...

Te abrazo con el cariño de siempre.
MentesSueltas