lunes, junio 29, 2009


EL ALIENTO DE LA MUERTE

Amanece. Los primeros cantos de los pájaros, el rumor de la autopista. Abro los ojos. La luz entra a raudales, sopla una brisa fresca. Ya es de día. Comienza una nueva semana. Lunes. Lunes con sabor de jueves o domingo. Con sabor de fin de curso y vacaciones en el mar.


Ante mis ojos ....
Lunes de 196...

Amanece, he estado estudiando toda la noche, los primeros cantos de los pájaros, recojo mis libros y preparo mi cartera. Los recuerdos están hechos de retazos. No puedo recordar como era mi cartera ¿De cuero con dos hebillas y un asa? No puedo verla cualquier cosa que diga será inventada, pero la brisa fresca del mes de junio la recuerdo. Tenia un examen ¿Era de química? tampoco estoy segura. Yo subida en una silla para abrir la llave de paso del agua caliente que todas las noches se cerraba. Todos duermen ¿Todos? No. Mi abuela ha salido de su dormitorio y ha entrado en el baño. Yo, de pie sobre la silla, haciendo girar la palanca y un quejido !Ay,ay, ay! Suave, apenas el aliento que sale de su boca. Siento que el corazón se para, que la sangre por instante se hiela. Sé que la muerte ha entrado en la casa.
¿Es a mi a la que buscas?
No, es a ella. !Vengo por ella!
Me acerco hasta el baño. Mi abuela está sentada en el borde de la bañera, replegada sobre su pecho, un camisón de algodón blanco y unas pantuflas negras. Su piel es translúcida, sus ojos están hundidos. Las dos sentimos la fría mirada de la muerte.
¿Estás bien abuela? ¿Quieres que avise a mi madre?
La sangre vuelve a circular, pon nuestras venas, sus mejillas tienen de nuevo un rosa pálido. Me mira sin verme.
Ya estoy bien, voy a volver a la cama.
La acompaño, se sienta pesadamente en la cama no puede evitar gemir !Ay, ay, ay! Espero hasta que la veo taparse. Ahora mi hermana mayor que duerme en la cama vecina se ha despertado. La dejo en sus manos y voy al baño. La presencia de la muerte sigue en la casa. Dejo caer el agua de la ducha sobre mi cara, sobre mi cuerpo. !De mi nadie se escapa! Me doy prisa en prepararme llegaré tarde al examen. 17 de junio. Ya en el aula me oigo decir – Mi abuela va a morirse.-

Ruido de platos, olor a café, un coche sale del garaje, alguien sacude el edredón por la ventana, la mujer de la limpieza arrastra pesadamente el carrito de utensilios por el patio, suena el despertador de algún vecino.

La brisa fresca de los amaneceres de junio tiene el aroma del aliento de la muerte.

Imagen: Monet

3 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Lástima que las brisas de Junio tengan estos amaneceres, presagiando óbitos, no obstante mira lo que ha vivido, mira como vive ahora, pregúntale si es feliz, no dejes de hablarle, tal vez la parca se aleje un tiempo, hasta el próximo junio.

Besos.

Meigo, aprendiz de Druida dijo...

Hermoso de verdad. Precioso.
Un beso.

Anónimo dijo...

¿Murió ese mismo día?
D.