lunes, agosto 31, 2009


CASILLAS

- ¿Qué haces cariño? Dije apoyando mi mano sobre el hombro de Carolina.
- Un álbum de fotos, mamá. !Mira!
Dijo levantando la cabeza del ordenador, buscando mi mirada para conducirla a la pantalla. Allí aparecía la portada de un libro que ponía, bajo una foto de un jugador de fútbol parando un gol. “Casillas”. En la contraportada aparecía otra foto de él en un primer plano. Siguió pasando paginas coloridas con fotos y bocadillos que decían: !Eres el mejor! !Te amo! !Goool! y cosas semejantes.

¿Como lo haces?
- Es muy fácil. Hay un programa, sigues las indicaciones. Ves, puedes elegir el tamaño, el numero de paginas, los marcos, los bocadillos, los adornos..... Primero tienes que preparar una carpeta de fotos. Yo lo he hecho tomando fotos de google. Luego las vas subiendo a las páginas como mejor te parezca. Cuando tienes el álbum preparado, lo envías a la casa, lo pagas y te lo mandan por correo, los hay por tan solo diez euros. Papá ha dicho que me lo paga.
- Está precioso.
Recordé que también yo cuando tenia 12 años había coleccionado fotos de Manuel Benítez “El Cordobés”.
La temporada de toros empieza después de la Semana Santa. Durante la feria de abril de Sevilla en la Maestranza, San Isidro en las Ventas de Madrid.... Y así sucesivamente en las distintas provincias. El Cordobés se hizo famoso y popular por aquellos años. No duró mucho, no era muy buen torero. Pero, era valiente, se acercaba mucho al toro se atrevía a hacer lo que ningún otro. Era un joven fuerte, primitivo, de boca grande, y gestos rudos. Se ponía de rodillas ante el toro y le esperaba hasta que estuviera bien cerca entonces, hacia cosas mas de circo que de toreo. Para mi era igual ,de todas formas no entendía nada de toros. Lo que me impresionaba era su valor, su arrogancia, su rebeldía con las formas tradicionales.
Esa primavera intentaba ver las corridas como fuera. No teníamos televisión, debíamos ser los únicos en el edificio. En su lugar íbamos al cine y leíamos libros, también debíamos ser los únicos que hacíamos eso en el edificio. Aunque yo era una niña huraña y asocial,rompía mi timidez y bajaba a la casa de una mujer que venia a ayudar con la limpieza y las comidas a la muchacha que teníamos en la casa. Bajaba con mis hermanas al semisótano donde tenia la vivienda. Un pequeño ventanuco iluminaba la salita donde estaba la televisión. Los mayores se sentaban en el sillón desvencijado y los niños por el suelo. Tenía un realquilado que era un viejo verde que aprovechaba para tocar a las niñas las rodillas, rozarlas el pecho y apretarlas a la pared cuando iban al servicio. A mi pobre hermana la tenia frita con sus toqueteos. En esa habitación con olor a repollo y orines viejos, veíamos en blanco y negro las corridas del Cordobés.
Cuando mis padres habían terminado de leer periódicos se los pedía, y recortaba todas las fotos que encontraba de él. Llegué a tener una carpeta muy abultada llena de recortes. A veces los miraba, no recuerdo que sintiera ningúna pasión amorosa por él, creo que era mas bien admiración y una proyección de los valores que para mi eran importantes. Cuando pasó el verano, con el nuevo curso me olvidé de él , la carpeta se fue a la basura y nunca más he podido soportar ver una corrida de toros, ni en la plaza ni en t.v.
- ¿Y por qué Casillas?
- Es un Crack, mamá. No hay un portero como él, salva siempre al Madrid cuando los otros no juegan. Además, es muy guapo y dulce, y hace campañas solidarias para erradicar la malaria y ayudar a los niños pobres del mundo. !Me encanta, mamá!
- Si, a mi también me gusta mucho.

Imagen: Casillas parando un gol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tal vez ahora coleccione algo del ingeniero Pellegrini.
Un abrazo, lindos recuerdos de El Cordobés, del que recuerdo que hasta se le hizo un tema musical.
D.