domingo, septiembre 06, 2009


LA SOMBRA

Marave Martínez ha vuelto a soñar con la sombra. Tiene los rasgos redondeados y suaves. Puede parecer hasta dulce. Hay algo de niño aun sin terminar de hacer, de hombre a medias. Sonríe y se le forman dos hoyuelos en las mejillas que acentúan más su aire infantil. La sombra se acerca hasta la cama.
Marave, es consciente, está en la cama durmiendo y soñando. La sombra no intenta sacarla de su descanso. Viene hasta su lado y se sienta. Alarga su mano de dedos finos que rozan su mejilla, acarician sus labios y tiran juguetonamente de sus rizos.
- ¿Qué quieres? pregunta Marave tristemente.
- Lo de siempre.
No quiere, Marave, no quiere hacer lo de siempre. Sabe que al final, aunque por momentos parezca que disfruta con el juego, al final, se sentirá mas triste que antes de acostarse. Pero cede. No puede resistirse, intenta evitarlo con argucias, triquiñuelas, juegos de palabras. Pero, sabe que cederá, el tira y afloja del principio hace que todo sea mas áspero, mas duro. Como la madre que niega el capricho al hijo, aunque al final consienta. Ella también dará gusto a sus deseos.
Hará cuanto le pida. de rodillas, ahorcajadas, apoyada en la ventana. Finalmente ella se abandona, se rinde, se suelta. Juega, ríe, inventa saltos, ensaya piruetas. El fantasma aplaude todas sus ocurrencias. Y cuando ella, también, está aplaudiendo y gritando alborotada, él se marcha.
Sin despedirse, se esfuma, sin decir cuando volverá, ni si volverá. Entonces, Marave para en seco. Se le corta la sangre, como si la sangre pudiera cortarse como la leche agria, en dos, un liquido ácido que se derrama por los ojos y una sustancia viscosa que vomita. Se estremece con ardores semejantes a los de fiebre muy alta, y tirita de frío. Cuando despierta siente un vacío de vísceras, y humores. Un páramo en el pecho. Y un miedo exacerbado a las noches y al sueño.

Imagen: Picaso

2 comentarios:

isabel gutiérrez dijo...

Hola Bella del cuadro, ya veo que te has puesto a la faena nada más llegar a casa. Bueno pues ahí estoy.

Tus escritos tienen más enjundia que los míos. Tengo distracción para rato. De momento, LA SOMBRA me ha encantado, y la elección del cuadro está perfecta. Te pongo un enlace en mi blog. Besis, Isabel

Anónimo dijo...

Sombras nada más...
O más que sombras, fantasmas propios, que pueden hacer daño pero que sirven para sacar lo que llevamos dentro.
Un abrazo
D.