jueves, julio 22, 2010


EL BAÑISTA (Historias de la playa 1)

Aun no habían dado las once. La marea baja había destapado una gran extensión de arena, el aire fresco del poniente barría la playa, el mar estaba en calma, pero grandes rocas disuadían a los pocos bañistas de meterse en el agua y tan solo se veía gente paseando o corriendo por la orilla.
En el puesto de servicios sólo estaba la mujer de la limpieza que acababa de terminar de pasar los baños y las duchas con lejía, las dos socorristas daban su primer paseo buscando anomalías que comunicar a la central, iban charlando animádamente del concierto de la noche anterior. El camión de la basura también se iba.
La mujer de la limpieza se sentó a mirar el mar, no había nadie por allí con quien dar palique, así que se fue quedando adormilada. Sobresaltada abrió los ojos. Un hombre la miraba, dos centellas ardiendo en una calavera, un esqueleto vestido con el pijama azul de la residencia hospitalaria, Una mano nudosa sujetaba la jeringuilla con la que la apuntaba, tenia todavía los esparadrapos y los cateters con los que, seguramente, le habían conectado los sueros y antibióticos que debía necesitar, en la otra mano llevaba una bolsa con ropa.
- Vamos- dijo – entremos.
Cerró con pestillo. Era inútil que gritara, nadie la oiría
- Ayúdame a vestirme.
Era sólo hueso y pellejos. Podía haberle empujado y haber escapado, pero la fragilidad de su cuerpo acompañada de la firmeza de sus voz y del fuego de sus ojos eran armas más poderosas que la jeringa con la que la apuntaba.
Le puso un bermuda azul celeste y una camiseta verde !Qué mal conjuntaban esos colores! Pensó.
- Abre la puerta y siéntate. No digas nada a nadie. - dijo con ese fulgor que paralizaba.
Le vio alejarse corriendo hacia el mar con la bolsa. Chocó contra una roca y cayó en el agua, pero volvió a levantarse, y así sucesivas veces hasta que finalmente pudo nadar y se convirtió en un punto que se perdía en el horizonte. Nadie mas pareció haberse dado cuenta, por que no habia nadie en varios metros a la redonda.
Cuando llegaron las socorristas la encontraron limpiando todo con lejía.
- Pero !Quilla! todavía estas limpiando. Pues si que te ha dado fuerte a ti esta mañana.

Imagen: "El bañista" Cezane

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué historia más extraña. A veces pienso que te han pasado de verdad, otras que las inventas en medio de tus viajes.
Un abrazo
D.