jueves, agosto 26, 2010

ANIMALADAS

La liebre y el conejo paseaban por el parque. Hacia calor. Divisaron un banco bajo un frondoso castaño de indias. “Prohibido pisar el césped” ponía un letrero, pero pisaron para llegar cuanto antes a sentarse.
- Voy por agua - dijo el conejo.
La liebre se sentó tranquilamente a esperarle mientras tatareaba una canción.

Llegó una pareja de zorras, con su uniforme y sus pistolas al cinto, eran jóvenes y orgullosas.
- Documentación - Dijo una.
La otra sacó una libreta y empezó a tomar nota.
- ¿Qué haces sentada en este banco?
- Estoy cansada
- ¿Y esa bolsa?
- Es mi merienda, ahora voy a comerla
La otra seguía tomando notas.
- ¿Cuánto tiempo piensa estar aquí?
- Me iré enseguida, en cuanto me reponga.
Cuando llegó el conejo ya se iban.
- Dame un poco de agua, me han hecho todo tipo de preguntas.
-¿Por qué?
- No sé, no me han dicho, quizá pisamos la hierba.

4 comentarios:

La Lechucita dijo...

No soporto la prepotencia de las zorras, su abuso de poder, siempre me deja mal cuerpo.

Anónimo dijo...

¿También allá es igual?
Abrazo, lechucita, cuídate de las zorras con pistolas al cinto
D.

Anita Dinamita dijo...

Curiosa humanización de los animales! Menudas zorronas, dan miedo

mentecato dijo...

Buenísima narración.