viernes, noviembre 26, 2010

PIES Y CABEZAS

Hoy voy a escribir una historia sin pies ni cabeza, ni siquiera sé si es una historia.

Un muchacho tenia los pies planos y piojos en la cabeza
- ¿Y a mi eso que me importa?
- No es cuestión de lo que te incumbe a ti. Son los hechos. Los hechos desencadenan todas las consecuencias.
Los piojos del chiquillo se pasaron a la cabeza de su compañero de clase, justo el que se sentaba a su lado. Los pies planos le hacia caminar raro, el colega solía burlarse de él imitando su forma de andar por el pasillo. El muchacho invirtió los términos. Dijo en alto para que todos le pudieran escuchar- Me has contagiado tus piojos, mírate no paras de rascarte, y ahora yo también me rasco- Todos volvieron la cabeza y les miraron con asco. Ahora compartían su desgracia.
- Sigo si entender en que me pueden afectar a mi todas esas cosas.
Los piojos, por ejemplo, pasan de una cabeza a otra, como las ideas. Cuando tienes la cabeza llena de piojos te pican tanto que te sientes furioso y te rascas iracundo. Las ideas ponzoñosas atacan con saña tu cerebro y te vuelven rabioso. Pruebas todo tipo de lociones para hacer morir a esos desgraciados, pero ellos persisten chupándote la sangre, Algunas ideas son semejantes, no hay forma de desembarazarse de ellas, ni con todos los libros de auto ayuda que te leas te libras del agotamiento que producen.
-¿ Y los pies? ¿que tiene que ver los pies en todo esto?
Marcan las diferencias. Ahora está de moda decir: "Todos somos iguales" Pero no, unos tienen los pies planos, otros son patizambos, o tienen juanetes, o sabañones, el dedo gordo muy corto o muy largo. Los pies hacen la diferencia, cada uno caminamos a nuestra manera en la vida.
- Estas muy filosófico esta noche. Tomemos unas cervezas, perdamos la cabeza y lleguemos a casa tambaleantes.

Vaya al final fue una historia con pies y con cabezas....


3 comentarios:

Anónimo dijo...

...Y muy lúcida
Un abrazo
D.

ybris dijo...

Pues sí. Nuestras ideas afectan a los demás y todos tenemos nuestras diferencias.
Reconocerlo es la base de cualquier tipo de comunicación entre los humanos.

Besos.

Anita Dinamita dijo...

Me encanta este relato reflexivo, como los pies y la cabeza que de alguna manera se reflejan los unos en los otros, y cuando caminamos raro quizá tengamos ideas bonitas o ponzoñosas en la cabeza... cada uno sabrá!
Un abrazo!!! MUY GRANDE