viernes, febrero 18, 2011

Las devolvió al vaso, sopló suave sobre ellas, murmuró un conjuro y volvió a intentarlo .Vulgar, triste, relamido.
Esta vez temblaron en el recipiente, rebotaron sobre la mesa y se ordenaron casi a su capricho. Absurdo, tonto, innecesario.

Amanecía cuando se fue a la cama.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero insistía en su afán y de seguro sus sueños le revelaron la verdad...
Un abrazo
D.

இலை Bohemia இலை dijo...

El embrujo de las aplabras...

:)