lunes, febrero 28, 2011


TAPAS Y MICRORELATOS

Ya nadie pide para comer; de primero una fabada con tocino y morcilla, de segundo una trucha a la Navarra con patatas y pimientos asados, de postre un denso arroz con leche caramelizado por encima y todo ello regado con vino de la tierra. Café copa y puro para la sobremesa.

No, nada de eso, ahora se estilan las cervezas diluidas con gaseosa o limonada y las tapas; unas cazuelitas con tres o cuatro trozos de carne guisada, unas alitas de pollo en barbacoa o unas patatas bravas. Si se tiene mucha hambre se pide una tosta, pan cubierto con unas finas lonchas de solomillo con salsa de mostaza o unas gambas nadando en mayonesa. De postre un café con hielo o una tisana. Nada de sobremesa, se come de pie junto a la barra y se sale corriendo.

Con los libros pasa lo mismo ¿quién es hoy capaz de leer una saga de seis tomos de mil doscientas páginas? Como mucho leemos tres o cuatro microrelatos que oscilen entre las diez y cien palabras, elegidos al azar entre nuestros blogs favoritos.

La facilidad aparente de preparar estos pequeños platos hace que nos encontremos variedad de ellos en cualquier restaurante. Pero, bocados exquisitos sólo se comen si el cocinero es un verdadero artista que conjuga en una mínima expresión la combinación sutil de carne con especias, unas croquetas de una crema delicada que se deshace en el paladar y multiplica sus aromas en la lengua llevándonos a las puertas del éxtasis.

Lo mismo sucede con los microrelatos, cualquiera escribe cientos en su blog. Pero sólo algunos micro artistas consiguen en pocas palabras trasportar al lector a mundos más sublimes, a profundas reflexiones filosóficas o a líricas contemplaciones.

Y es en estos casos cuando uno se va bien alimentado.

NOTA: !Felicidades Anita Dinamita! Dedicado para ti


Imagen: Vermeer

1 comentario:

Anónimo dijo...
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