lunes, octubre 03, 2011

CRIMEN Y CASTIGO

De un tiempo a esta parte le temblaban las manos. No lo comentó con nadie, temía perder el trabajo, cinco bocas dependían de él.
Cuando caminaba hacia el trabajo, recordó una escena en esa misma calle, una niña de ojos azules y una larga melena rubia saltaba a la comba con sus hijas, con cada salto movía con gracia su cabeza hacia los lados. El temblor de las manos fue tan fuerte que le hizo estremecer violentamente todo el cuerpo.
Antes no conocía a las personas, llegaban hasta él tapadas con una bolsa negra de paño y él hacia su trabajo. Un eslabón más en la cadena de la justicia, pensaba.
Pero ahora, en estos tiempos de hambre y de miseria, el crimen se había extendido por los barrios más pobres donde ellos vivían.
La larga cabellera rubia sobresalía de la bolsa cuando le mandó apoyar la cabeza. Un retortijón sacudió sus tripas y la mano mas férrea que nunca dejó caer la cuchilla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este cuento no lo entendí muy bien, por los modismos. No sé si se trata de un asesino o de un empleado de la morgue.
Abrazos
D.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Fortunata dijo...

En principio, es un empleado de la justicia (el verdugo) el sólo tiene que ejecutar a las victimas, pero ahora las victimas han empezado a formar parte de su núcleo social. (quizá, pude haberla titulado "el verdugo")
Muchas veces no se bien por qué escribo lo que escribo, algunas historias forman parte de mi mundo onírico y subconsciente. Mas tarde se me revelan llenas de significado psicológico. Esta es una de ellas.
Últimamente reflexiono mucho acerca del mundo literario.
un abrazo para ti D.

Anónimo dijo...

Gracias por la explicación. Ahora entendí perfectamente lo que debí comprender con una lectura más concentrada.
Abrazos y suerte cuando te toque Cienmanos, me parece que en la séptima entrega.
D.