sábado, abril 14, 2007












Al amanecer y al atardecer, justo en la penumbra, intento descifrar la verdad de las cosas. Lo que parece cierto, contundente, real, a la luz del día, pierde consistencia y se vuelve fútil, vano, ilusorio intranscendente. Lo que parece agobiante, infernal, terrible en la oscuridad de la noche se disuelve con las primeras luces del día. Es justo en esos momentos en que la luz no es brillo y la oscuridad no es negrura, cuando espero encontrar la verdad.


1 comentario:

Thérèse Bovary dijo...

Así es, cuando no es luz ni oscuridad, cuando los límites se confunden y cuando toda lógica se torna difusa... entonces, entonces... todo podría ocurrir.

Mis cariños, dulce Fortunata.