viernes, agosto 01, 2008

LA MUJER DEL QUINTO

I

La mujer del quinto tiene los ojos rojos, se los he visto cuando bajábamos juntas en el ascensor. No parece que hubiera llorado, su nariz no está roja, ni sus mejillas brillantes. Podría ser alergia, ahora que las acacias florecen en agosto, pero no le lloraban, ni los tenia hinchados. Me ha mirado, aunque parecían dos lenguas de fuego me he quedado congelada por el miedo.
.- Adiós buenos días. Ha dicho y se ha marchado.
Cuando me he mirado en el espejo yo también los tenia.

II

La mujer del quinto ha bajado a mi casa.
- Me da una taza de azúcar por favor.
- Entre, enseguida se la traigo.
No me ha dado tiempo de llegar a la cocina, me ha tomado por los hombros, me ha abrazado y ha besado mi cuello largo rato. Por mis pies a través de mis venas me ha entrado un gas frío, cuando ha llegado a mi cabeza me he desmallado. Estaba oscuro cuando he vuelto a despertarme.

III

Hace días, semanas que no veo a la mujer del quinto, he subido a ver si la pasaba algo. En la puerta había un cartel amarillento que ponía:

SE VENDE y un teléfono.

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