sábado, septiembre 20, 2008

EL BÚHO 10

Querida Justine :

Ha pasado mucho tiempo desde la ultima carta. Y esta será la ultima que escriba. La decisión ya estaba tomada pero yo no me había dado cuenta, aquella noche en el cementerio entregue mi voluntad y mi vida a El Búho. Ya no soy mía.

Estuve enferma muchos días los justos para que la transformación se realizara. La fiebre era altísima y sufrí convulsiones como si tuviera epilepsia, adelgacé mucho. Aunque me hicieron pruebas todo daba normal. El cambio fue interior Mi madre paso muchas horas a mi lado mirándome impotente y llorando desconsoladamente. Mi padre silencioso se sentaba a su lado sin entender la extraña enfermedad por la que estaba pasando, no comía pero tampoco tenia hambre. Me diagnosticaron fotophobia y estaba todo el día a oscuras. Dormía y en sueños veía al Búho que me llamaba. Con el tiempo la fiebre bajo y las convulsiones fueron espaciándose, empecé a salir a la calle, No me presente a ningún examen. Perdí todo interés por los estudios, las becas, la investigación. Pensaba en él a todas horas. La necesidad de verle se hizo urgencia.

Una noche, mis padres rendidos se habían quedado dormidos abrazados en su cama. Me vestí y recogí algo de ropa. Cuando ya iba a salir recordé que cuando era niña le ponía notas a mi madre en la nevera para que cuando viniera de trabajar las leyera y me diera un beso antes de acostarse. Escribí “No me busquéis tengo que seguir mi propio destino lejos de vosotros” No sentí nada al escribirlo. Al mirarlos sólo me parecieron unos fardos encima de la cama.

Mi relación con El Búho es de absoluta dependencia, él manda y yo obedezco. Me ha llevado a su casa, si a eso se le puede llamar casa donde hay otras que también le obedecen como yo. No soy la única. Casi nunca me abraza. Me está enseñando a cazar todo tipo de alimañas de las que debo alimentarme, cuando le parece que estoy bastante repleta viene y sin la pasión de antes, con una frialdad casi asombrosa, me vacía. Pese a todo, cuando lo hace siento un placer indescriptible, y el estado en de lasitud en que me quedo es tremendamente dulce. Sólo dura unos días, luego tengo que volver a la caza, de cualquier bicho que vea, hasta las ratas de alcantarilla me valen. Cuando viene, quisiera morderle como antes pero ya no me deja, yo le suplico, me arrastro me humillo a niveles inconcebibles pero él insiste que mientras no sea capaz de matar niños y sorberles la sangre no me dejará abrazarle. Lo he intentado varias veces. Todas lo intentamos, por que todas estamos sometidas a la misma ley.

El otro día una recién llegada, astuta y rápida consiguió arrebatarle un bebé a una drogadicta. Por la noche cuando él vino hicieron el sacrificio, él bebió la sangre del bebe y después la poseyó ante los ojos envidiosos de todos las demás que oíamos sus gritos de placer, ávidas también nosotras, Una vez él hubo desaparecido, nos lanzamos sin piedad sobre ella y la desgarramos como bestias hambrientas deseosas de obtener un poco de su semen.
Yo ya no se donde buscar, he recorrido todos los parque infantiles, todas las salidas de guarderías, todos los locales de juegos infantiles. Me he arriesgado a limites insospechados, he frecuentado zonas de emigrantes y gitanos, mezclado con drogadictos… he recorrido la ciudad palmo a palmo hasta quedar exhausta …

Adiós amiga mía, ya no sé que quiere decir amiga mía. Eras mi último hilo con otra realidad que tuve un tiempo y ahora me parece lejana…y que seguramente esta noche será la última. Debo partir El Búho no soporta mi ineficacia, me ha mandado alejarme de esta ciudad y dirigirme hacia el sur donde dicen que hay tantos niños de la calle a ver si encuentro algo… No conozco otra vida que complacerle en todos los sentidos…. Él manda y yo obedezco.

¡!!Adiós!!!

No me busques tú tampoco.


Imagen tomada de DeviantART

1 comentario:

S. M. L. dijo...

Mmm, qué terrible se ha puesto la historia...