martes, febrero 23, 2010

CALAVERAS

A mi madre le gustaban las calaveras, las llevaba en los anillos de los dedos, bordadas en las zapatillas, dibujadas en los bolsos, impresas en las camisetas. En su dormitorio estaban en todas partes, en la colcha, las cortinas, las lamparas ... Algunas echaban fuego por los ojos o babeaban sangre por la boca. Las había que fosforecían en la noche, otras parecía que gemían o lloraban.

Yo nunca se lo dije, pero, siempre tuve miedo de vivir entre los muertos


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

No vayas a México entonces el 1 de noviembre.
Un beso
D.

ybris dijo...

Quizás dé miedo.
Pero más miedo da a veces vivir entre ciertos vivos.

Besos.

Lila dijo...

Razón tienen, en México hay calaveras de dulce que se comen y de adornos con ropajes festivos o solemnes y como lámparas, prendedores. Curioso, después de mis visitas a México ya no me dieron horror. Tenemos que ir, Fortu.

Y también es verdad que algunos vivos son aterradores y muy peligrosos.

Besos, querida.