martes, septiembre 16, 2008

EL BÚHO 7

Madrid 10 de Abril 2004

Querida Justine:

¿Desde cuando no duermo, ni como? Me paso las horas pensando en el Búho, de ahora en adelante será como le llame, Está siendo una obsesión, las noches las paso en vela solo pendiente del paso de los autobuses.

Desde la última vez que te escribí es lo único que me importaba. Cada vez que oía uno venían a mi mente sus labios rojos y sentía su aliento en mi cuello, y un escalofrío de placer me recorría de arriba abajo. Me parecía una tontería estar así alimentando fantasías pero un deseo imperioso me invadía, deseaba estar con él. Me razonaba una y otra vez que todo eso eran bobadas de adolescente y que mejor me dedicaba a coquetear con algún compañero de clase como hacia antes, si lo que tenia era ganas de ligar, y sobre todo centrarme en los estudios y no echarlo a perder todo justo al final. Estos razonamientos no me ayudaban el deseo crecía y crecía.

La otra noche ya no pude más y cuando todos dormían salí a la calle y esperé el autobús nocturno. Llevaba un abrigo oscuro y una gorra de lana, aun hace frío, Me subí tapándome la cara con la bufanda para que no me reconociera y me senté en un sitio donde pudiera verle todo lo que me diera la gana. Cada vez que llegábamos al final del trayecto me bajaba y me volvía a subir teniendo cuidado de que no me viera la cara. Así pasamos un par de horas. En uno de los viajes, cuando no quedaban más pasajeros que yo, paró el autobús cerca de un parque, en una zona sin iluminación, apagó las luces y se dirigió hacia mí. Todo mi cuerpo temblaba, estaba paralizada, quería pensar que era de miedo pero era de deseo. Se sentó en el asiento a mi lado, yo seguía cubierta por las telas Me dijo.- Te he reconocido.

Fue pasando la mano por mi cara muy despacio. Yo temblaba. Me fue descubriendo. Sus dedos se posaron en mi boca. Impulsivamente le mordí uno, su piel era fina y enseguida empezó a brotar sangre que bebí con ansia, él me miraba disfrutando viéndome gozar. Sentí cierta vergüenza de mostrarme, tan sin pudor. Acercó su cara y me beso, me mordió los labios, yo le devolvi el mordico con mayor furia si cabe. Nuestras sangres se mezclaron. En este punto el deseo era ansia febril incontrolable. Perdí la noción del tiempo. Unos destellos de cordura intentaban abrirse paso sin éxito. Sus manos liberaban mi cuerpo de ataduras y su boca exploraba las zonas desnudas. Yo también hacia lo que podía, arañaba su carne y lamia su sangre con fruición. De pronto paró en seco y dijo.- Ya, debes irte. Me empujo medio desnuda a la calle.- Ven dentro de una semana.
No era mi parada, casi lo preferí, quería andar un poco antes de llegar a casa. En el horizonte se veían las primeras luces. Sobre la hierba se formaba escarcha. La niebla lo envolvía todo. Me sentía feliz.

No he vuelto, mi padre ha estado trabajando por las noches, se daria cuenta que salgo. Me angustio pensando que me estará esperando. El deseo es intenso y me siento cada vez mas enamorada si es que eso es amor, o solo locura de amor. Me pincho los dedos para recordar el sabor de su sangre y toda yo tiemblo de placer… Si saliera estando mi padre despierto entonces si que no le volvería a ver, es capaz de encerrarme en un convento. Debo pensar alguna estratagema, esto me ocupa todo mi tiempo….. Desde "esa noche" el deseo crece y crece hasta dolerme la piel y mi razón es cada vez más frágil... Debo encontrar la forma de encontrarme con él.... ésto parece un camino sin retorno.... Estoy asustada no se donde me llevara... Por nada del mundo quisiera desandar el camino...solo puedo seguir y seguir mi locura.....No digas nada. No me aconsejes.....

XXXOOO


Imagen tomada de DeviantART


2 comentarios:

S. M. L. dijo...

cuasi canibalismo. Y eso que estamos en tiempos de vih.
Más que amor, me parece locura de amor, como la llamas, o retrato de adolescencia.

Rodolfo N dijo...

Pero que bueno este blog!!!
No lo conocía y me encantó la historia.
Cariños!