martes, enero 12, 2010

PASO ATRÁS

Adelaida cerro los ojos. Por su mente empezaron a pasar las imágenes de los últimos acontecimientos, pilas de cajas, estanterías a medio montar, bolsas de ropa, objetos y mas objetos desplazándose de un lado a otro, buscando un lugar donde encajar. Los gatos sigilosos observaban desde la distancia los ires y venires, las risas y los pequeños arrebatos producidos por la tensión.
Tanta agitación a su alrededor la desorientaba, le faltaba la calma necesaria para trabajar, añoraba el silencio. Ocupaba las horas fuera de casa, pero una vez en casa resultaba casi imposible sentarse a trabajar.
No quería quejarse de nada, hay momentos en la vida que vienen con determinadas características y había que acogerlos con los brazos abiertos de nada servía hacerse mala sangre.
Se arrebujo entre las mantas y estiro las piernas hasta tocar el fondo de la cama, sintió cierto placer al sentir las sabanas de algodón recién planchadas y el olor de la tela limpia, el peso del edredón tenia algo de abrazo.
Apago la luz y otras imágenes aparecieron en la retina, La basílica de Santa Sofía en Estambul, las ruinas de un templo griego, el desierto de Atacama, las playas de Goa, viajes como válvulas de escape hasta que pase el temporal y las aguas se aquieten.
Poco a poco los colores del mar se fueron fundiendo con los dorados de la tierra hasta quedarse dormida. Apenas dura el sueño, o tiene poca calidad como si lo hubiera comprado en un baratillo, sigue cansada.
El peso que le ha caído encima pesa mas que una piedra, una piedra conteniendo un mundo. otro mundo que no es el suyo. El suyo agonizante con este peso.
No hay pasos atrás...uno no puede rebobinar y comenzar otra vez la jugada, destapar otras cartas distintas, una vez levantadas hay que aceptar lo que venga el caballo de copas o el siete de espadas.

Hasta para soñar hacen falta fuerzas.... Dakar, Toronto, Montevideo.....

Imagen: Oscar Dominguez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Noto aires de soledad en tus últimas entregas. Recuerda que muchos te queremos y navegamos en tu misma barca poética.
D.

Anónimo dijo...

Tan real que me aconjoga.

Un desplumando